Violencia de género tiene costo en empresas

La violencia hacia las mujeres parecería un asunto doméstico, sin embargo se estima que es alto su impacto económico en las empresas.

Las mujeres representan el 41.5% de total de personas ocupadas en el sector laboral dominicano, según las estadísticas del Banco Central.

Unestudio presentado en 2015 durante la reu-nión de Ministras de la Mujer de Mercosur y realizado por el programa regional ComVoMujer del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania, mostró que una empresa de 800 empleados puede llegar a perder cada año cerca de medio millón de dólares a causa de la violencia de género, tanto por parte de las víctimas como de los agresores empleados en la compañía.

Refiere este estudio que en Perú las empresas pierden anualmente casi US$7,000 millones, el 3.9 % del producto bruto interno (PBI). En Bolivia las pérdidas anuales ascienden a US$2,000 millones, (6.5% PBI), mientrás que en Paraguay suman US$891 millones (3,1% PBI).

Aunque en República Dominicana no se tienen registros del costo que representa la violencia de género en el sistema laboral, especialistas estiman que igual que en los países señalados es alto.

La terapeuta familiar y de pareja, Ana Simó, considera que la violencia de género afecta “muchísimo” a las empresas, ya que las mujeres violentadas disminuyen su rendimiento laboral, registran múltiples ausencias, muestran desgaste físico, falta de concentración que baja su rendimiento.

Indica que además estas mujeres tienden a sufrir de ‘burn-out’ (agotamiento físico y mental) lo cual también afecta su dinámica relacional en el trabajo. También señala que una mujer que vive violencia se le hace difícil colaborar con la empresa fuera de su horario ya que teme por la reacción de su pareja.

El estudio presentado en el Mercosur muestra que no sólo las mujeres víctimas de violencia afectan los costos de las empresas. Señala que el hombre que ejerce violencia sobre su pareja representa también un alto costo, ya que “deja de trabajar, padece accidentes o incidentes laborales, baja su productividad al perseguir y controlar a su pareja, o pierde días de trabajo por tener que presentarse ante el juzgado por denuncias por violencia”.

Respecto de la creciente ola de feminicidios que se registran en República Dominicana, la directora del Centro Vida y Familia, Ana Simó, destaca que “además de perder una vida, perdemos un ente importante ante una empresa que muchas veces ha costado entrenamientos, además de horas de servicio y entrega”.

La doctora Simó sugiere a las empresas psicoeducar a sus empleados con relación al tema, y promover como un eje de responsabilidad social corporativa los valores que promuevan la igualdad, la tolerancia, la familia, el amor, el respeto a la diferencia, pero sobre una sociedad inclusiva.

Agrega que las empresas pueden y deben comprometerse a prestar apoyo con confidencialidad en cuanto a los costos de las terapias que requieren cuando viven en el círculo de la violencia y respaldarla en su proceso.