UNA NUEVA MOVILIDAD
El precio es freno para vehículos eléctricos
Un sobrecargo de entre 10% y 30% para los carros eléctricos en Latinoamérica es retranca para su expansión, según el BID.
El vehículo eléctrico debe transitar por caminos que bajen sus precios, aun entre un 10% y un 30% por encima de sus competidores convencionales, aunque una mayor demanda de litio y cobalto a escala global amenaza con presionar hacia el alza los precios de la batería.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presenta este argumento en su informe “La Incorporación de los Vehículos Eléctricos en América Latina”, hecho por los espacialistas Julián A. Gómez-Gélvez, Carlos Hernán Mojica, Veerender Kaul y Lorena Isla.
Otro desafío que tiene el carro eléctrico en América Latina, de acuerdo con el reporte, consiste en el temor de los conductores potenciales a quedarse a su suerte en el recorrido de un trayecto largo, sin disponibilidad de carga.
Por esto, el BID presenta recomendaciones como solicitar un porcentaje mínimo de plazas para estacionamientos en nuevos establecimientos con infraestructura eléctrica, para incrementar la disponibilidad de puntos de carga en los hogares y los lugares de trabajo.
“Establecer regulaciones claras para facilitar el desarrollo de servicios de carga de empresas de otros servicios como hoteles, tiendas o centros comerciales”, es una recomendación de políticas públicas ofrecida por el BID en su informe La Incorporación de Vehículos Eléctricos en América Latina. También, los reguladores energéticos deberían, tal como señala el organismo multilateral, introducir la colocación del precio de la electricidad bajo la condición de la hora de su consumo, así es posible incentivar la carga de los vehículos eléctricos fuera de las horas pico.
“Los países con una gran industria de producción de automóviles (México y Brasil) o con reservas importantes de litio (Argentina, Bolivia y Chile) pueden apoyar las inversiones de capital privado y actividades de investigación y desarrollo para expandir o crear industrias de valor agregado en los mercados de baterías”, indicó el documento disponible en la página electrónica del BID.
Los incentivos pueden ser financieros, como la exención impositiva o la ayuda directa a los compradores de vehículos, o no financieros, como el permiso para la utilización de carriles exclusivos para autobuses y el estacionamiento exclusivo, con fines de que el conductor observe beneficios.
El costo de una estación de carga puede ubicarse en US$2,000 más un promedio de US$300 para su instalación en los distintos países latinoamericanos, explicaron los autores del informe publicado este año por la entidad financiera.
“Los vehículos eléctricos son considerados como una tecnología prometedora para reducir el consumo de energía en el transporte”, concluyó.