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AGROPECUARIA

Agro de San Juan: a merced de usureros

LA USURA HA HECHO ESCLAVOS A LOS PRODUCTORES

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Lilian TejedaSan Juan de la Maguana

San Juan de la Maguana es la provincia el mayor número de unidades productivas y productores agropecuarios del país, conforme a los datos arrojados por el Precenso Nacional Agropecuario 2015. No obstante, la mayoría de quienes trabajan la tierra no pueden disfrutar los beneficios económicos que esta genera por estar en la maraña de la usura.

Los líderes agropecuarios de San Juan estiman que, tras haber perdido sus propiedades por la incapacidad de pagar sus deudas, alrededor del 90% de los productores agrícolas de esa provincia sureña trabajan para los usureros.

“Aquí las cosas se nos han ido de las manos, los usureros nos han quitado las parcelas y nos dejan trabajando para ellos. Nos hemos convertido en obreros agrícolas. Estamos trabajando alquilados porque perdimos prácticamente todo”, expresa con pesar el presidente de la Asociación de Ganaderos y pasado presidente de la Asociación de Productores Agrícolas de San Juan, Henry Rodríguez.

Precenso agropecuario Según el precenso, San Juan es la provincia que posee el mayor número de productores agropecuarios: unos 18,740. El precenso establece que San Juan concentra la mayor cantidad de unidades productivas agropecuarias del país (8.1%). Hay 25,908.

Usureros dominan agro en San Juan La usura es una práctica “abusiva” a la que por años los productores agropecuarios han tenido que recurrir ante su incapacidad para acceder a financiamientos en la banca tradicional. Pero esto los mantiene envueltos casi de por vida en un círculo vicioso que hasta ha llevado a muchos a convertirse en empleados de sus usureros en los mismos terrenos que eran de su propiedad.

Es esta situación que lleva al presidente de la Asociación de Ganaderos y pasado presidente de la Asociación de Productores Agrícolas de San Juan, Henry Rodríguez, a hacer esta afirmación: “Esto se está convirtiendo en su sistema feudal”. “Nosotros somos los bueyes de esa gente”, exclama junto a él otro productor. Sus frases se asemejan a lo que dijo hace poco el presidente Danilo Medina, quien calificó la usura como una forma de esclavitud.

Los líderes agropecuarios del Granero del Sur coinciden en que la usura es una de las principales causas del fracaso de los agricultores de la zona, que siguen trabajando en el campo porque esa es la única opción que tienen y no porque les resulte rentable, pues casi todo el resultado de sus cosechas tienen que destinarlo al pago de deudas, por eso dicen que los beneficios son ínfimos.

Según relatan los representantes del sector, son muchos los agricultores y ganaderos que han perdido sus propiedades (terrenos, casas, animales, maquinarias o cualquier otra cosa de valor) al ponerlas como garantía para obtener los préstamos y no poder pagarles a los usureros.

Víctor Matos, expresidente de la asociación de productores de San Juan, estima que en esa provincia entre el 15% o el 20%, o tal vez más, de las tierras en producción están en manos de las personas que prestan dinero.

“Ahora lo que sucede es que la gente pierde el terreno y sigue siendo un obrero de quien la adquiere, que es quien le financia. Se convierten en empleados de quien le prestó el dinero”, reseña Matos.

Sin embargo, dichosos son los agricultores que pueden seguir trabajando en la tierra aunque ya no les pertenezca, pues algunos usureros (muy pocos por suerte) deciden vender o darle otros usos a las propiedades, dejando a los campesinos sin tierra y sin trabajo.

Condiciones Matos comenta que con el paso de los años los usureros han ido incrementando sus exigencias, ya no prestan sin garantías, exigen la firma de contratos (con abogados) conforme a sus condiciones. Matos asegura que ahora hay prestamistas que operan como si fueran bancos.

El dirigente explica que aunque de unos diez años hacia acá los grandes usureros han disminuido sus tasas de interés (dice que rondan entre 3% y 4%) a raíz de que en cierto modo la banca formal es más flexible, esos no dejan de ser préstamos “leoninos”.

Precisa, no obstante, los intereses de los “prestamistas informales” o más pequeños, que abundan por donde quiera, van desde un 10% hasta un 20%.

Crisis La usura es una práctica vieja a la que quienes laboran en el campo siempre se han visto obligados a recurrir ante la falta de políticas que les permitan acceder a recursos, a tiempo y en cantidad suficiente, a través de instituciones financieras públicas o privadas, nos comenta Matos.

Matos relata que aunque esto viene de antaño, la fuerte sequía que golpeó el país en los últimos años, y que afectó duramente las provincias sureñas, hundió hasta el tope en deudas a los productores agropecuarios.

“La sequía de los últimos tres años fue un gran agravante, porque el productor apenas podía hacer una cosecha, o ninguna, o la perdía por falta de agua. Los beneficios que obtenían no les daban para pagar sus deudas, por eso están envueltos en un círculo vicioso”, narra Matos.

Matos habla de “un círculo vicioso” porque año tras año durante ese prolongado período de sequía, y antes de eso, los productores tenían que tomar un préstamo encima de otro, tanto en los bancos como a los usureros, caían en mora y finalmente perdían sus bienes. Por eso ahora están atados.

Rodríguez dice que la situación ha llegado a un punto crítico, porque muchos productores han perdido su capacidad de pago y algunos no pueden solicitar financiamientos en los bancos formales por que no cumplen con los requisitos.

“Nuestras pérdidas continuas no permiten que seamos sujetos de crédito”, lamenta Rodríguez, quien entiende que es momento de buscar una salida urgente para ayudar a los productores a salir de la maraña en que están metidos.

Dinamismo: El presidente de la Asociación de Productores Agrícolas del Valle de San Juan, Milcíades Espinosa, destaca que la agropecuaria es lo que dinamiza la economía en esa provincia. Estima que cuando el campo está en producción semanalmente circulan alrededor de RD$25 millones.

“Cuando el campo no está produciendo se cae la economía, baja el consumo porque esto es lo que genera empleos aquí. La economía de San Juan depende en un 100% del campo”, manifiesta Espinosa para enfatizar que por esto urge buscar una salida para que los productores no tengan que depender de los usureros, que a su juicio lo que les interesa es el fracaso del agricultor para quedarse con sus propiedades.

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