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ENFOQUE

Déficit del Comercio haitiano es de US$25,168 MM

El déficit del comercio de bienes de la economía haitiana con la de Estados Unidos y el resto del mundo ha tendido a acumular, en el transcurso de los años, un astronómico valor que resulta cada vez más difícil de financiar con remesas familiares, inversión extranjera y cooperación internacional.

Desde 1999 hasta 2015, el saldo negativo de las transacciones de mercaderías de Haití con los demás países alcanzó US$25,168 millones, a raíz de que el valor importado de US$34,622 millones sobrepasó con creces el exportado de US$9,454 millones.

En este periodo de 17 años, hay que destacar que el desbalance mercantil particular de los últimos seis, comprendido entre enero de 2010, fecha de ocurrencia del trágico terremoto, y diciembre del pasado 2015, último mes calculado, alcanzó la mayor parte, US$14,477 millones (57.52%), del monto total deficitario; pese a la proclamada ayuda bilateral y multilateral de socorro a las familias y empresas haitianas.

En el caso particular del intercambio comercial haitiano-americano, el déficit escaló US$5,507 millones de 1999 a 2015 y, en concreto, US$2,192 millones de 2010 a 2015; montantes equivalentes respectivamente al 21,88% y 15,14% de los totales de 17 y cinco años aludidos; no obstante, los programas de cooperación manufacturera de Estados Unidos con la República de Haití, denominados HELP y HOPE.

Exportaciones En verdad, desde 2009 hasta 2015, las exportaciones aumentaron bruscamente 72.12% a US$950.3 de US$551.0 millones, al igual que las importaciones, aunque en menor medida, a 44.74% a US$1,144.0 de US$790.4 millones. Por consiguiente, el resultado no fue otro durante dichos seis años que la tabulación de un promedio rojo anual de US$365.3 millones, casi similar a todo el incremento de US$398.2 millones del valor exportado.

Alimentos y animales En cuanto al comercio de alimentos y animales vivos de Haití con Estados Unidos, los saldos deficitarios de US$3,918.4 millones, desde 1999 hasta 2015, y US$1,808.6 millones, desde 2010 hasta 2015, representaron sucesivamente el 71.2% y 82.5% de los totales de los desbalances de 17 y seis años del comercio haitiano-americano y el 15.6% y 12.2% de los desequilibrios totales de 17 y seis años del canje de bienes mercantiles de la economía haitiana con la restante economía del mundo.

Estas transacciones de alimentos y animales vivos revelan que Haití dispone de una precaria plataforma productiva de bienes alimentarios en su mercado interior, así como depende en gran medida de Estados Unidos para nutrir su población y mantener sus plantas agroindustriales, tanto más las sequías prolongadas, las tecnologías inadecuadas, la carencia de financiación y la destrucción de parcelas campesinas, plantaciones agrarias y capas boscosas contribuyen a los procesos hasta el instante indetenibles de desagriculturización nacional e inseguridad alimentarias y pauperización y desnutrición de gran parte de las familias rurales y urbanas.

En estas circunstancias no es extraño saber que Haití registre índices muy elevados, en comparación con otras naciones, de hambruna y enfermedad, escaso poder de compra y consumación de bienes y servicios alimentarios, fracaso de la financiación y ejecución de proyectos y programas de producción y comercialización de alimentos, emigración interna de los campos a pueblos en el territorio nacional y externa de las zonas rurales y urbanas a países extranjeros, en especial República Dominicana, Estados Unidos, Cánada, el Caribe y Francia.

Buscar alternativas En resumidas cuentas, hay que indicar que es necesario buscar alternativas de solución a corto, mediano y largo plazo a los graves y complejos problemas y desafíos agrarios y alimentarios afrontados por la inmensa mayoría de las actividades y empresas productivas y las capas populares y trabajadoras.

Entre esas dificultades sobresalen la creciente incapacidad productiva agropecuaria, la constante balanza mercantil deficitaria de alimentos para personas y animales, las restricciones crediticias de desarrollo de plantaciones agrarias y plantas agroindustriales.

Otras dificultades son las podas de erogaciones presupuestarias gubernamentales, los recortes de la ayuda internacional, la liberalización del mercado externo en procura del abaratamiento de productos importados y encarecimiento de bienes exportables, el desempleo de la mano de obra y las escaladas simultáneas de endeudamientos internos y externos del sector público y gubernamental, la destrucción de empresas agrícolas e industriales, la desocupación de la mano de obra rural y urbana y la pauperización y desnutrición de innumerables hogares e individuos.

El autor es economista y catedrádico del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).

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