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ENFOQUE

Danilo Medina, el presidente extensionista

La extensión agrícola fomenta la educación y el desarrollo de los habitantes de la zona rural.

La extensión agrícola fomenta la educación y el desarrollo de los habitantes de la zona rural.

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Juan Castellanos / Especial para LISTÍN DIARIOSanto Domingo

Podríamos decir que Danilo Medina es el presidente extensionista (promotor y gestor del desarrollo rural). Sus visitas a grupos de agricultores los fines de semana de diferentes regiones del país son suficiente muestra de que el Gobierno tiene especial interés por este sector productivo.

Que después de más de tres años veamos que el Presidente continúe realizando sus visitas a varios grupos de agricultores organizados de diferentes comunidades rurales es una señal de que, además de comprender la importancia del sector agropecuario, el Presidente es un verdadero extensionista con vocación a este trabajo de desarrollo rural.

Cuando la extensión agrícola se aplica de la forma correcta, como fue aplicada en Estados Unidos, la Unión Europea, en Japón, Taiwán, Corea del Sur, Israel, etc, a los pocos años de su aplicación, los cambios comienzan a visualizarse en las personas y en todo lo material que les rodea.

El presidente de la República se engrandece cuando comparte de tú a tú con productores agropecuarios de toda la geografía nacional y cuando cumple con las promesas de campaña y hasta con los “eslogans” que promovieron su candidatura. Cuando en la campaña anterior decía “que en su Gobierno se haría lo que nunca se había hecho”, muchos dudaban de que se cumpliera con esa afirmación. Pero en muchas actuaciones vemos que esto es una realidad, para bie-nestar del país. A continuación exponemos algunos conceptos de esta filosofía de trabajo (extensión agrícola).

Historia La extensión agrícola es la responsable de la educación y del desarrollo de los habitantes de la zona rural. Esta modalidad nació de llevar tecnología y desarrollo a la zona rural en el Reino Unido.

Los profesores de las universidades de Inglaterra comenzaron a realizar visitas a los campesinos de zonas apartadas, que no tenían la oportunidad de recibir la educación que el Estado no le estaba ofertando. La estadía de esos profesores se prolongaba por semanas, donde tenían la oportunidad de convivir con los campesinos, conociendo a fondo sus problemas y necesidades.

Con esa convivencia se lograba, además de conocer los problemas, poder elaborar una mejor estrategia para su solución. Estados Unidos fue uno de los primeros países en adoptar ésta metodología de desarrollo, repitiendo en las comunidades rurales las actividades educativas realizadas en Inglaterra por las universidades de ese país para solucionar los problemas que confrontaban sus moradores y, más importante, enseñar cómo resolver ese problema.

En todo Estados Unidos se expandió este nuevo método de llevar educación a los pobladores del campo.

El éxito fue tan notable que para el 1914 ya estaba oficializado como Servicio Nacional de Extensión Agrícola, convirtiendo a Estados Unidos en uno de los primeros países del mundo en crear una institución que se preocupara por llevar educación agrícola y en general a todos los habitantes rurales.

En República Dominicana, esta modalidad de educación informal llega tarde (el último país de Latinoamérica en adoptarlo).

Después de la muerte del tirano Rafael Leonidas Trujillo, en Octubre del 1962 se inicia el primer curso de extensión sgrícola en el país. Yo participé en ese primer grupo de extensionistas y posteriormente fui nombrado como agente de clubes juveniles y luego como agente de extensión en las zonas de La Vega, Las Matas de Farfán y Cotuí.

El éxito logrado en los primeros 4 ó 5 años de implantada la Extensión Agrícola en el país fue asombroso.

Esto creó en los extensionistas que teníamos la responsabilidad de llevarles la educación a los campesinos una fe y una seguridad en la metodología que estábamos aplicando que varios de los compañeros nos interesamos en realizar maestrías sobre esta especialidad en el exterior para conocer aún más sobre esta importante metodología educativa.

Democracia La extensión agrícola en el país nace con el primer Gobierno democrático después de la dictadura de Trujillo, es decir con el Gobierno de Juan Bosch.

La grandeza de ese Gobierno durante su corta y fructífera existencia es que apoyó la autonomía que gozaba la naciente institución dentro de la Secretaría de Agricultura. Los recursos que requería para realizar la labor educativa siempre estuvieron a la disposición de los extensionistas y nunca permitió Bosch que fueran nombrados políticos en el Servicio Nacional de Extensión Agrícola.

En el 1974, en el país se tenía la creencia de que la Extensión Agrícola que se efectuó en los años 60 era algo fuera de época, muy anticuado, y que el país necesitaba algo más actualizado, más moderno. Esto es una gran falsedad y lo comprobamos cuando visitamos comunidades rurales de Puerto Rico, luego en el Estado de Luisiana, Estados Unidos, también en Alabama, Texas, Mississippi y la Florida, y vimos que se aplicaba la misma metodología de desarrollo rural. En estos momentos en todo el territorio estadounidense se realiza esa Extensión Agrícola que fue oficializada en el 1914 con toda su metodología y filosofía de trabajo, con algunas variantes.

En lo único que se asemejan la población rural estadounidense y la población rural dominicana es en la proporción en cuanto a la población total del país. República Dominicana tiene un 25% de su población viviendo en el campo y Estados Unidos tiene algo menos de ese porcentaje. Toda la metodología que se utiliza en ese país en el trabajo de Extensión Agrícola es la misma que utilizábamos en los años de 1962 al 1968.

Para algunos técnicos y funcionarios de los años de 1970, la sociedad rural dominicana estaba en un sitial que nunca había estado y que todavía falta mucho para llegar a esa etapa. Consideraban que la Extensión Agrícola era una institución desfasada, muy conservadora, y que nuestra población rural requería algo más moderno.

Lo cierto es que la población rural necesita con urgencia un programa de desarrollo, como el que plantea la extensión agrícola. Un Programa donde se trabaje con problemas reales que afectan a la población rural y donde la población se concientice sobre lo que debe hacer para solucionar ese problema. Se debe trabajar individualmente, grupalmente y masivamente con la población para alcanzar los frutos de la educación.

Aunque sea lentamente, una vez que se logran los cambios a través de la educación, estos son permanentes e inmediatamente esas personas influenciadas, comienzan a transformar todo lo que les rodea. Además de EEE.UU., España y todos los países europeos, Israel, Taiwán, Japón, etc., son un buen ejemplo de lo que ha hecho la extensión agrícola en la población rural de esos países.

La extensión agrícola, para que pueda desarrollarse requiere de un buen presupuesto, autonomía en el manejo del personal y en las actividades educativas que efectúa, apoyo y colaboración con las universidades del país, muy en especial de la del Estado.

También se requiere estrecha colaboración y participación con los centros de investigaciones, con la educación formal rural (escuelas primarias y secundarias), teniendo presente que muchos estudiantes son miembros de las asociaciones juveniles que organiza la extensión en la ruralía.

Organización La extensión agrícola organizada de la forma correcta asegura que el campo siempre va a tener buenos agricultores, que producirán eficientemente y a la vez tendrán una buena calidad de vida. La población rural dominicana se considera excesiva, si la comparamos con la población rural de países desarrollados. Por ejemplo, el Reino Unido tiene un 10% de su población viviendo en la zona rural, Islandia un 8%, Argentina (muy cercana al desarrollo) 10%, Chile (también muy cercano al desarrollo) 12%, Uruguay (también muy cercano al desarrollo) 8%, Israel 7%, Bélgica 2%, siendo este país, uno de los más bajo en población rural del mundo.

En el 1962 la población total del país estaba en 2.5 millones de habitantes y la población rural era más del 60%. En el presente tenemos más de 2.5 millones de habitantes viviendo en la ruralía del país.

Ese 25% que representa la población rural es una gran parte de la población dominicana, que merece un programa dedicado a su desarrollo y al mejoramiento de la calidad de la vida. Un porcentaje muy elevado de la población rural y que todavía no se ha determinado se dedica a la producción de alimentos.

Como se sabe, la producción de alimentos en los últimos años se ha elevado a más del 85% del consumo nacional, teniendo presente que también existe una gran exportación de alimentos orgánicos hacia Europa y Estados Unidos. Definitivamente, un programa de extensión agrícola es urgente e imprescindible para mantener y mejorar la calidad de vida del campesino dominicano.

IMPORTANCIA DE LA EXTENSIÓN AGRÍCOLA El productor agrícola, quien es el responsable de producir la alimentación de la población, y también la de más de 4 millones de turistas que nos visitan y los alrededor de 1.5 millones de extranjeros que viven en el país, merece de un programa de desarrollo como el que realiza la extensión agrícola. Un programa que asegure que él y su familia, tendrán todas las oportunidades de disfrutar de los adelantos que ofrece la época actual.

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