En turismo de salud RD no es un “jugador de peso”

En los últimos años, República Dominicana ha hecho esfuerzos por posicionarse en el turismo de salud, que es el proceso en el cual una persona viaja fuera de su lugar de residencia con el objetivo de recibir servicios de salud o bienestar, según explica el investigador Juan Pérez Osorio en un análisis titulado “Turismo y Salud: contexto dominicano”.

Pérez refiere que este país tiene numerosas ventajas que le posicionan en un buen lugar para incursionar en el turismo médico. Indica que aquí existen muchos profesionales de la salud formados y capacitados en Europa y Estados Unidos que poseen los avales y certificaciones internacionales; hay al menos cuatro hospitales avalados por la Asociación de Turismo Médico (MTA, en inglés); avanzadas herramientas en el área de diagnóstico médico; entre otros beneficios para impulsar este segmento de la industria turística.

Debilidades Sin embargo, señala el autor, el país afronta múltiples dificultades y retos que impiden el despegue del turismo de salud, por lo que, según las estadísticas internacionales, República Dominicana no aparece como un jugador de peso'.

Pérez reseña que en el Índice de Competitividad en Viajes y Turismo (2013) el país ocupa la posición 86 de 140 países y en la región de las Américas se posiciona el puesto 17 de 27 naciones.

Entre los indicadores que desfavorecen a República Dominicana el autor señala la gran cantidad de accidentes de tránsito que aquí se producen, el hecho de que un 20 % de la población no tiene acceso a agua potable y que el país muestra un pobre desempeño en la educación y entrenamiento del personal.

También existe una ligera fragmentación a escala estatal en el seguimiento, regulación y apoyo al sector, plantea el autor en su análisis publicado por el Observatorio Político Dominicano (OPD).

ES FUNDAMENTAL Juan Pérez Osorio plantea también que para que el país logre insertarse exitosamente con una oferta del turismo de salud debe abocarse a un control efectivo de enfermedades. Sugiere que se prepare una adecuada política de prevención para evitar muertes por dengue, leptospirosis, chikungunya y malaria y que se implemente un eficiente protocolo de atención de los casos que se produzcan.