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Emprendedora

Su sustento viene de bocadillos

Para Eliezer Kelly Carrasco cocinar con una receta es seguir un guion y esta emprendedora joven no se limita y a cada plato le agrega su toque personal.

Eliezer Carrasco expresa que su simpatía y carisma hacen que quienes demandan de sus trabajos se conviertan en clientes fijos e incluso la recomienden. Hasta la fecha ningún cliente se ha quejado.”Amo lo que hago”.

Eliezer Carrasco expresa que su simpatía y carisma hacen que quienes demandan de sus trabajos se conviertan en clientes fijos e incluso la recomienden. Hasta la fecha ningún cliente se ha quejado.”Amo lo que hago”.

El pintor español, Joan Miró i Ferrá decía que el cocinero no es una persona aislada, que vive y trabaja sólo para dar de comer a sus huéspedes. Un cocinero se convierte en artista cuando tiene cosas que decir a través de sus platos, y para Eliezer Kelly Carrasco, el amor y la dedicación son sus ingredientes distintivos y lo que nunca deja de agregar en cada plato.

Desde muy pequeña supo que la cocina sería su fiel aliadas. Con solo 12 años hizo su primer platillo con una receta que le dio una señora cercana a su padre. Lo que a la vez le permitió inmiscuirse en el mundo comercial.

Inicios Eliezer señala que siempre tenía la costumbre de vender cosas, lo que significa que desde su infancia abogaba a ser comerciante.

Siendo pequeña hacía una bandeja de galleticas y la vendía en el colegio y en el barrio donde vivía. A los 15 años empezó a hacer bollitos de yuca con su tía e inicia un curso de repostería en Infotep.

Recuerda que cuando se graduó de bachiller, fue la escultora de su bizcocho, y que cuando llegó a su casa se dio cuenta que no tenía porque lo había vendido en el camino.

“Yo he vivido en muchos sitios, durante mi niñez viví en Samaná con mi papá”. A los 17 años se traslada de Barahona a Santo Domingo con el sueño de hacerse profesional, que se vio interrumpido por el nacimiento de su primera hija Escarlet.

Luego, por necesidad se inserta en el mercado laboral, agotando varias experiencias, decide administrar cinco cafeterías de quien en ese entonces era su esposo.

Vicisitudes Pasó su infancia con su padre y su madrastra. “No es nada agradable vivir privada del cariño de una madre, pero a través de esta situación aprendí a depender de mí misma”, dice Eliezer.

A pesar de no criarse con su madre, esta joven cargó con la responsabilidad del cáncer que padeció su progenitora, quien gracias a Dios lo superó.

A la fecha, le agradece a su madre por el amor y el apoyo incondicional que le ofrece en la actualidad.

Dice que no se arrepiente de haber dejado la universidad y su trabajo fijo para dedicarse de lleno a su familia ya que no quería que a sus hijos les falte el amor de una madre, como a ella.

Mientras trabajaba como asalariada, sus hijos vivían con su padre, pero no lo pensó dos veces para dejar su trabajo y dedicarse a atender sus hijos. “Fue una decisión difícil dejar una entrada fija, para arriesgarme a la buena de Dios, pero los hijos definitivamente, están primero”.

Privar a sus hijos de su presencia durante varios años ha sido una de las situaciones más difíciles que le ha tocado vivir. Los días difíciles tienen una alcancía de ahorros, donde almacenan todo el menudo. “Cuando no hay nada esa alcancía grita”, cuenta de manera jocosa.

Aunque viven en una casa alquilada, están trabajando para comprar su casa propia.

La joven dice que en el futuro tiene muchos proyectos. “El trabajo dignifica. Mi esposo y yo sabemos acostarnos a las 4 y 5 de la mañana con tal de cumplir con las exigencias de los clientes”, específica Eliezer

Ingresos y precios Al principio las entradas diarias oscilaban entre RD$300 a 500 diarios.

En la semana tienen que hacer hasta 4 o 5 bandejas de bocadillos. Sus entradas mensuales pueden ascender hasta RD$15,000 en los tiempos buenos.

Todas las unidades las vende a RD$25, si son menos de 12, pero si son más, las vende a 15.

((Estadísticas Comercio Informal El proceso de feminización de la propiedad de la microempresa dice que aquellas empresas de local fijo donde las mujeres son propietarias del 56% en comparación con el 22.1% de propiedad en el caso de las microempresas móviles, Según el observatorio MyPimes edición de género de forma paralela, señala que más del 50% de las microempresas comandadas por mujeres presenta niveles de ventas de hasta RD$7,000 mensual que equivale a un poco más de un salario mínimo para la pequeña empresa. En lo que respecta a las pequeñas y medianas empresas, de acuerdo a los resultados del Informe del Fondo para el Financiamiento de la Microempresa (Fondo Micro2013), explica que un 14.0% de las empresas pertenecen a mujeres.

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