¿Qué pasa con el dólar?

La tasa del dólar es una de las cosas más sensibles y vulnerables a cualquier rumor, sospecha, comentario o tendencia. Algunas personas que todavía me asocian con los remesadores, por aquello de los muchos años que estuve al frente de la asociación que los agrupaba, me ven y preguntan por qué el dólar ha venido subiendo. Desde mi profano punto de vista, lo veo así: Primero, creo que no es una subida traumática, sino proporcionalmente comprensible con relación a otras variables económicas, salvo el salto violento que provocó el comentario de un funcionario con respecto a lo de Petrocaribe, amén que actualmente estamos comprando más combustible en el mercado spot, porque el “fiao” a 20 años de Venezuela, ha sido reducido. Además, tómese en cuenta que los ingresos del Gobierno durante los primeros ocho meses del año, fueron de $282,1 millones, mientras que se gastaron $304, 8 millones, para un déficit de $22,000 millones que debió cubrir con endeudamiento. Por otro lado, de cada peso recaudado en impuestos, 0.20 van a pago de intereses. Las exenciones a industrias, sindicatos, etc., representan el 44% de los ingresos que, por impuestos, estima recibir el Gobierno. Con ese cuadro poco entusiasta; con las tasas de interés ancladas a la espera de lo que decidirá la Reserva Federal Norteamericana, los pesos suelen buscar dólares para protegerse. El consuelito que recibimos es que este endeudamiento es menor que en períodos similares del pasado, lo cual está bien, pero no es solución. ¿Cree usted que con la subida de un 11% a un 13% del itbis a productos como el azúcar, café, chocolate, etc., se va a compensar ese hueco tan enorme entre ingresos, gastos y exoneraciones? Le debemos casi mil millones de dólares a los generadores y la factura mensual está rompiendo récord. El país (no el Gobierno, que recibe menos impuestos), ha tenido un respiro en las últimas semanas gracias a la reducción del precio del petróleo, pero hay que pagar cash una mayor proporción del que se compra elaborado. Mala cosa.