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CON LOS CAMPEONES....

Una carta de Manolín Morales

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Mario Emilio GuerreroSanto Domingo

El pasado domingo tuve el honor de saludar a Manolín Morales, Inmortal del Deporte Dominicano en la disciplina de tenis, en el ceremonial del Pabellón de la Fama. Morales. Morales, a pesar de sus 91 años cumplidos, viaja cada mes de octubre desde España para asistir a la actividad. En agradecimiento a lo que escribí sobre él en mi columna anterior, do Manolín me entregó una carta, que comparto con todos ustedes. La misivaGracias Señor Guerrero. Gracias por lo que escribió sobre mi persona, en su columna del Listín Diario, el pasado 18 de octubre de los corrientes. “Ser agradecido, es de bien nacido”, dice el antiguo adagio y yo lo estoy, tanto del deporte, como de la República Dominicana y ahora de usted. Llegué con 16 años al país, en el momento más triste y angustioso de mi vida, pues como consecuencia de haber perdido mi familia la Guerra Civil Española (1936-1939), nos tuvimos que marchar exiliados a Francia, con todo lo que eso significaba}, pues éramos republicanos. Luego dejé desamparadas en Francia a mi madre y a mi hermana, porque tuve que huir a América...Los nazis llegaban a pasos agigantados... Heredé de mi padre el amor al deporte y gracias a él, supe apreciar que la juventud no es sólo lapso de tiempo, si no un estado de ánimo vital y otra forma de ver y de imaginar, que desde entonces no me ha abandonado nunca jamás. No sé es viejo por haber vivido muchos años. Sólo se es viejo, cuando has dejado de seguir teniendo proyectos e ideales. Joven es aquel, sólo aquel, que no ha perdido la fe en el ser humano y se está dispuesto a ayudar a los demás cuando te lo piden. Los años arrugan la piel, la incertidumbre y la falta de ilusión, arrugan el alma. Ser feliz en la vida es muy sencillo, lo difícil es ser sencillo... Estas cosas y muchas más, fueron las que me enseñó este pueblo dominicano tan sensible como acogedor y es para testimoniar mi amor por este país, que vengo todos los años desde que fui elevado a la calidad de inmortal del deporte dominicano en 1991.. Nunca olvidaré la siguiente anécdota, entre muchas. Acababa de proclamarme campeón nacional de tenis y mis medios económicos eran escasos. Un compañero del equipo de tenis, Salvador Aybar Castellanos, se me acercó y me dijo, “acabo de comprarme esta guayabera y no me va bien, me viene muy grande, quédatela Manolín”. La camisa me iba perfectamente y la que yo llevaba estaba más que vieja, pero me di cuenta de la estratagema y le dije, “amigo Aybar, no creas que no me he percatado, de que lo que quieres es regalarme la guayabera”. A lo que me contestó, ¡bueno Manolín, ahora tú eres campeón de la República y esta guayabera está más a la altura de tu rango”. Ambos nos echamos a reír. El ofrecer con una sutil delicadeza, es más fácil que regalar... Aquel hecho me llegó al alma y aún perdura... Le saluda, muy afectuosamente, Manolín Morales. Gran gestoEn 1956, con 33 años edad, Manolín Morales, recibió permiso de Frank Hatton, Director de Deportes, para poder representar al país el Abierto de Francia. Ya en París, no tuvo que jugar en la primera ronda porque recibió un “bye”. En la segunda vuelta le tocaba enfrentar a quien en ese entonces era el jugador número uno de España, Fernando Olozaga. Cuando Morales entró a la cancha a jugar contra Olozaga, se dio cuenta de que había banderas de todas las naciones representadas en el evento, menos la dominicana. Inmediatamente salió de la pista y dijo que si no buscaban una bandera de su país, no jugaba. No valieron ruegos, Morales se negaba a jugar si en la cancha no ondeaba la bandera tricolor. Finalmente, los organizadores del torneo tuvieron que ir al consulado dominicano en París y conseguir una bandera. Sólo así, Morales se dispuso a participar en el Roland Garros, en un gesto que mostró su inmenso amor y agradecimiento a la República Dominicana.

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