Que nadie se eche a un lado en esta lucha
En estos días se ha palpado la alta sensibilidad que existe en la sociedad dominicana frente al fenómeno de los feminicidios y la voluntad colectiva de ponerle un freno, un punto final, a esta espiral de sangre, abusos y desconsideraciones que ya ha alcanzado su clímax. Las numerosas marchas realizadas y las iniciativas legales que se han anunciado para intensificar los esfuerzos de prevención, orientación y fuerte castigo, son pruebas elocuentes de que ya comenzamos a sentir la urgencia de enfrentar seriamente este flagelo social. El propio presidente Danilo Medina ha brindado su decisivo respaldo a la campaña que han iniciado LISTÍN DIARIO y la Asociación Dominicana de Radiodifusores (Adora) para llamar a los hombres a no matar a sus parejas o exparejas, uniendo así su voz a la de la primera dama, Cándida de Medina, la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, del procurador general Francisco Dominguez Brito, de diferentes entidades que trabajan a favor de la dignidad de las mujeres y del presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas. Estamos muy enorgullecidos de este respaldo y lo agradecemos profundamente. Va creciendo así un clamor nacional para que Gobierno y sociedad se unan en esta lucha con un horizonte más amplio que el que ofrece el marco de las conmemoraciones del Día de la No Violencia Contra la Mujer en el Mes de la Familia. Queda de manifiesto, pues, que de ahora en adelante hay que buscar la manera de entroncar todas las propuestas viables y prácticas que se han anunciado en estos días para que de ellas pueda salir formateada una nueva política contra los feminicidios. Tenemos, para ella, el excelente punto de apoyo que ofrece el nuevo Código Penal al tipificar el feminicidio como un delito sancionable con penas máximas históricas, así como toda la acción que pueda emprender el Gobierno para fortalecer los programas de educación y orientación, a fin de que las presentes y nuevas generaciones visualicen a la mujer como un ser digno, productivo, fuente de amor y de esperanzas. Estamos confiados en que, al llegar la hora de ponerle punto final a esta secuencia de crímenes y abusos, discriminación y desconsideración, ningún dominicano sensato se echará a un lado del camino o se mostrará indiferente e indolente frente a este vergonzoso y luctuoso drama.