TESTIGO DEL TIEMPO
Abinader y Peña Gómez
Abraham es la figura central del judaismo, cristianismo e islam, eso debe ser José Francisco Peña Gómez para el Partido Revolucionario Moderno (PRM) del presidente Luis Abinader.
No es así.
El 10 de mayo fue el 26 aniversario de la muerte de Peña Gómez, creador de las bases políticas que llevaron a Abinader al poder.
Abinader ametralló la memoria de Peña Gómez, con las ráfagas de su indiferencia, ese día “recibió apoyo” de remanentes balagueristas y proclamó ser igual que el ex presidente (Joaquín) Balaguer.
Si Peña Gómez tuvo un archienemigo en su trayectoria política, fue Balaguer, pero como Abinader “es bueno” no ha traicionado la memoria del “líder máximo”.
Eso fue planificado. Desde el poder no se hace nada por “casualidad”, todo es por “causalidad”, causar efectos.
Si no fue planeado, Abinader debe admitir que es un improvisador empedernido, y no lleva cuentas de nada, eso le da derecho a olvidar todo.
Abinader se benefició del trabajo de Peña Gómez, pero siempre “fue balaguerista”, si es que podemos creer algo de lo que diga un político en campaña.
El cuerpo de Peña Gómez debe haber dado más vueltas en la tumba, como se dice, que un pollo al carbón, ante la forma como lo trató Abinader.
El presidente Luis Abinader ametralló la memoria de Peña Gómez, con las ráfagas de su indiferencia.
Si los tránsfugas peledeístas y reformistas son “abinaderistas” y Abinader sigue a Balaguer, entonces, ¿todos son balagueristas ocultos?
Ignorar el peñagomismo el día del aniversario de la muerte de Peña Gómez e irrespetar el balaguerismo al mismo tiempo, solo Abinader puede hacer esa hazaña.
Tiene un “70% asegurado” en las elecciones, y sigue haciendo compromisos, cuando todos sabemos que “no hay cama pa’ tanta gente”.
Me pregunto ¿Qué pensarán los peñagomistas de corazón que fueron marginados por Abinader?
Ahora entenderán por qué Abinader no los empleó, nunca admiró a Peña Gómez, y demostró que detesta a los peñagomistas.
Ensalzar a Balaguer e ignorar a Peña Gómez en el aniversario de su muerte es mucho con demasiado. ¿Recordará nuestro rico presidente, a los pobres que lo reelijan?