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Ante el peligro de Haití

Lo que afirmé hace 18 años en un artículo en el diario el Hoy en doble página de que Haití era un estado fallido y de que constituía ya un enorme costo para el país en demanda de servicios de salud y con una inmigración de bajo nivel de desarrollo humano que degradaba el salario de los dominicanos, es una realidad que ya nadie puede negar ni siquiera los pro haitianos de nuestro lado.

En aquellos años pocos, muy pocos, le hicieron caso a estas afirmaciones, y entre estos ningún político. Al contrario Haití durante el infortunio de su catástrofe telúrica fue apoyado por los dominicanos en logísticas, en recursos humanos y económicos y hasta en proyectos de inversión, estos últimos objetos de escándalos a nivel internacional por motivos de corrupción.

Los gobiernos dominicanos inclusive el de Balaguer que denunció al vecino como un imperialismo racial que nos engulliría, no hicieron nada para dominicanizar la frontera y convertirla en un valladar natural contra la toma de tierra e inmigración ilegal de los haitianos, por la prosperidad de que gozarían sus habitantes por el apoyo desbordado de los gobiernos a su favor. Pero la frontera por la escasez de su población, nunca ha gozado del favoritismo de los gobernantes para su promoción política con miras a nuevas y consecutivas repostulaciones. Solo Trujillo, para vergüenza de esta democracia hipócrita y endeble institucionalmente, realizó esfuerzos para dominicanizar esa zona, luego dejada al abandono por sus demás gobernantes.

Ahora en medio de una grave crisis instigada con propósitos aviesos, el gobierno del presidente Luis Abinader, que desde hace varios años viene denunciando ante la comunidad internacional que el problema haitiano no es un problema para resolver por los dominicanos, sino por esa inconsecuente, hipócrita e irresponsable comunidad de países ricos, que de una manera u otra han sido coautores de ese desastre, en pagos inmorales de reparación a Francia, intervenciones militares por Estados Unidos, y por los organismos de desdesarrollo eliminando la protección arancelaria en los bienes agrícolas de su canasta alimenticia socavando su seguridad alimentaria, es el gobernante, el Señor Abinader, que forzado por el agravamiento del problema, se ha enfrentado con gallardía a ese peligro, no importa los coletazos imperiales que recibamos del vecino mayor.

Es muy sospechoso que no exista un interés de que la situación se convierta en una crisis en toda la isla.

Es muy sospechoso que no exista un interés de que la situación se convierta en una crisis en toda la isla.ARCHIVO/LD

¿Por qué los coletazos del vecino mayor? Porque es muy sospechoso que no exista un interés de que la situación se convierta en una crisis en toda la isla, cuando el mayor Imperio sobre la tierra deja a escasas millas de su territorio la desintegración de un estado para convertirlo en tierra arrasada, donde se den cita de manos cruzadas los mayores peligros para la estabilidad de ese Imperio, el narcotráfico y el terrorismo internacional, que se conoce muy bien ya de su presencia en algunos países del área caribeña. Hechos; Cómo es posible que ese poderoso gobierno no haya movido una paja cuando le fue secuestrado un grupo de misioneros. ¿Cómo es posible que ese poderoso Imperio que elimina poderosos terroristas mediante el uso de drones en el lejano oriente, le ha sido imposible aplicar la eliminación de los jefes de las bandas en un área abierta sin cuevas naturales que los escondan? ¿Cómo es posible tanta debilidad mostrada por un poderoso Imperio sin la necesidad de movilizar un solo hombre en tierra para la eliminación completa de esas bandas de asesinos y truhanes? ¿Cómo es posible que las armas usadas por las bandas de criminales son transportadas desde territorio norteamericano? Si a esto le agregamos el poco respeto que ha mostrado ese Imperio con nuestro gobierno, cuando ni un embajador ha sido nombrado, son señales muy claras de que algo huele mal en Dinamarca.

No a la apertura de la frontera hasta que la seguridad de nuestra patria no corra peligro y seamos respetados como nación. Petición que ha sido sustentada por este diario desde hace un tiempo, y que por fin ha sido comprendida su conveniencia para la seguridad de la Nación. Aunque no comprendemos las razones ni tampoco nos alegramos por el mal ajeno, pero haitiano que quiera regresar a su país porque se sienta más seguro con las bandas que asesinan haitianos y estupran mujeres, pues que los dejen cruzar la frontera, y pongamos ya un control sobre los que existen aquí, legalizando su permanencia otorgándoles visa temporal de trabajo.

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